Monday, November 7, 2011

Ya llegaste

La luna, centinela de la noche,
para proteger tu sueño
se viste de seda,
te canta una nana
y te mece en tu cuna,
que es ella.

Relucen radiantes las estrellas,
marcándonos el rumbo
donde encontrarte,
donde hallarte.
Ya estás aquí, con nosotros,
ya llegaste.

El sol saluda a la mañana,
revelándonos tu fuerza dormida,
tu pureza viva,
tu inocencia desmedida.
Eres música de violines,
eres fragancia de flor abierta,
ofreciendo tus pétalos al mundo.

Contigo traes sueños
y los sueltas al viento,
para que vuelen,
vuelen alto,
como palomas en libertad,
donde libremente vienen y van.

Y a nosotros nos llegan ráfagas de ese viento,
tan necesitado,
en forma de ilusión,
de amor y futuro incierto.
Nuestros corazones,
nidos de sueños,
forjados de ramitas de verdad
y hojas sin caducidad,
te esperaban ansiosos,

y al fin con nosotros, ya estás.

Thursday, September 15, 2011

Polinización



Un poema rompe a llorar
cuando la palabra salivada
salta tras el susurro
que una juguetona lengua expira.

Oh rima certera que adjudica
en el postrero arrepentimiento de la diéresis
una frívola brisa entre comillas,
capaz de volatilizar
la bruma de la inspiración,
desnudando suavemente
al verso esperado y tardío,
como la insolente abeja
a la sumisa flor,
entregada sin límites
al baile de la lujuria.

No, no penséis que la polinización
de las palabras es directa,
se cruzan infinidad de recursos
que mezclados entre sí
tejen los vientos de la poesía
y a veces, sólo a veces
llora jubilosa la luna,
lágrimas, estrellas y un nuevo día.

Thursday, September 1, 2011

Olvido



El agua me delata,
me señala con sus lágrimas
bajo una nube respondona
que no sabe fingir.

Un cielo claro desdibuja
la evidencia que no existe,
tras la piel de un difuminado
mundo ausente,
donde palpita la vida distraída
en un rincón del olvido.

Tuesday, July 12, 2011

Abandonada

El verano que se asoma
a la ventana del tiempo
se remoja en las aguas
salpicadas de ignorancia.

La urbe abandonada a su suerte,
triste por una quejumbrosa
calle no pisada,
llora por la pérdida de identidad.

Se evapora la sombra del árbol
que pide otoños en sus ramas
y arde el himno del pájaro
que una y otra vez
se ríe de un flemático sol
que asfixia pausadamente
sin decir una sola palabra.